viernes, 29 de agosto de 2008

YA LEJANA




Y te alejaste al fin
te fuiste arrugando
pequeña en mi cerebro
queda
sólo un trazo del clamor
que despertó tu ventolera.
se disipo hacia el gris
tu magnético vórtice
y las oscuras gotas enemigas
develan ya su cara
de rocío.

Quedaron mis veredas
aún brillantes
por la agresion
de tu lluvia de despechos;
pero se trae el cielo
una sonrisa
rasgada de toda nube
y la hierba chamuscada
no puede ocultar ya
los nuevos brotes

Temblando en la incertidumbre
se adentran
mis pies desnudos
a hollar el pasto niño de unos sueños.

te llevaste un rollo entero de mañanas
pero hoy es una tarde nueva
el día es joven aún
y es todo mío.

sábado, 26 de abril de 2008

INSOMNIO

Buscando escalar al sueño
seis y media
seis jornadas,
un motor que ara el silencio;
pero no hay una semilla
para poner en el alba.
Hay una mano extendida
hacia el cuchillo del tedio
dos rayos flojos
que no logran aclarar
la tinta que se retrasa.
Y el tiempo que se hace burla
teléfono descolgado
sin llamada ni mensaje;
el tiempo, el tiempo y el tiempo
de las horas sin sorpresa
con su gotera de instantes
muertos con olor de olvido;
el tiempo, el tiempo y el tiempo
de muertes que se regodean
y existires aburridos
culpables de ya no ser

martes, 19 de febrero de 2008

MAR




Llevan mis olas
a tu costa
el ruido misterioso
de una pasión de ocaso.

Dibujan
ilusiones en brote
como pequeñas huellas de gaviota.
Pulso a pulso,
verso tras verso espumoso
desentierro apenas
tu obsesión de hondura
y mis recuerdos,
espasmo tras espasmo
onda por onda
sigo por siempre
enjugando la tortura de tus pies
en estas lágrimas de océano.

TARDIAS




I

Día llegará
y es inevitable
en que debas confrontar al tiempo
ajustar el reloj
a tus verdades
reconocer esa inmensa desnudez
y echar al vuelo
ese grito arrugado
que aún escondes.

II

Y llegarás a aceptar
que es imposible:
Al intentarla esconder
más se te crece;
por más que la contengas
reanuda más fuerte
su latir.
Grita más alto
si le tuerces el pescuezo.
De esta insolente maldición,
la mía,
ya nunca, nunca,
lograrás zafarte.

III

Y lo sabía.
Que aún en contra de sus planes
no había escapatoria.
Siempre lo supo
y no vino;
a la cita del día no llegó;
a enfrentar mis verdades
con su risa.
Mi recato y su vergüenza
la vencieron
y se quedó sacando cuentas.