sábado, 14 de junio de 2014

DESPEDIDA


Te alejaste al fin
después de teñirme
la piel y las entrañas
con el color
de una medusa venenosa.

La picazón del alma
cruzada de todas las ronchas
de tu caricia negra
obliga a rascar y rascar
con desesperación
provocando estos versos
de orina y sangre.

Con esa tu carcajada oscura
con ese timbre de inquina
lo único que lograste
fue atraer a las moscas
que vagan por el vecindario
pegando en las ventana
su colección de chismes
y pelambres

No te bastó verme
predispuesto al sacrificio
como silla abandonada
o mesa coja sin la esperanza
de un mantel

lejos
lejos al fin
serás una melga más
por el ineludible rastrojo
de mis años

Nada saca uno
con  abotonarse la ansiedad
en el ojal del engaño
o de convertirse en casero
del almacén de la ceguera

será sin duda
preferible el olvido
aunque duela
como es dolorosa
la inevitable depresión otoñal
de los rosales
.
Aún así
el ruido de tu ausencia
rebotará sin pausa
y sin respiro
en contra de mis frágiles paredes
como el segundo corazón
de un loco de remate.