Tu
que ya vas a doblar
la bruma de mi esquina
y que no te preocupas
si hay o no hay luz de mi ventana
Tu
que apenas has explorado
el amargo de mi cascara
ven
entra por alguno
de mis pasadizos
e instálate
en una cualquiera
de mis delgadas tardes de invierno
Entra
mira que no tengo en el alma
estacionamiento de visita
y como conserje de mi mismo
soy tímido y poco servicial
Mis habitaciones huelen
a historias de fracaso.
No avises tu llegada;
te he mirado a menudo
desde tu incierta lejanía.
Te espero.
Hace tiempo rellene mis fosos
hace tiempo deshice mis murallas
intérnate en mis nubes
y atrévete a respirar una sorpresa.
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