sábado, 1 de septiembre de 2007

ENTRE LINEAS


Que incordio es vivir entre lineas. Entre paredes de silencio

Hay veces en que tenemos percepciones, sentimientos, verdades lo suficientemente intensas, que nos marean, nos cogen. Puede ser una alucinación vital, o apenas la letra de una canción fuerte. Y caemos en la trampa de compartirlas con irresponsable e inocente honestidad.

Sin quererlo, con ello golpeamos duro a veces, a aquellos que son el núcleo de lo que más apreciamos.

Después, para completar la tragedia, los ego-prejuicio-temores que carga cada uno, nos bloquean la oportunidad y la circunstancia para la aclaración afectuosa o las disculpas sinceras.

Y ponemos el cimiento de nuestros enormes castillos de silencio. De los abismos infranqueables que trasminan el mundo.

Ya instalados, la incansable operaria que es la desconfianza termina de levantar los muros más espléndidos, con materiales de equívoco, de percepción capciosa, mala voluntad o simple miedo.

Cada parte guarda el secreto de una mitad de la clave para traspasarlos. Pero no la comparte.

Solo queda entonces el mundo de la tercería y del entrelineas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es realmente universal ese descontento callado que mantenemos los sere humanos, comenzando con notros mismos, hasta prolongarlo entre los paises y los planetas...
Unas lineas bastante hermosas gracias.